casa xixella

Una pareja que vive fuera de España, en un país árabe del golfo pérsico. Él es de allí, ella de aquí. Deciden hacerse una residencia cerca de donde ella es, lo que supone hacer algo que es una suerte de compromiso entre dos culturas. Por una parte, se quiere hacer una serie de guiños hacia la cultura de él (y en definitiva la cultura en la que llevan viviendo casi 30 años y en la que han nacido sus hijas), pero a su vez estamos ubicándonos en un entorno distinto, con un lenguaje distinto.

Se decide, animados por él precisamente, realizar volúmenes cúbicos y rotundos, puesto que el cliente lo interpreta como la imagen de la arquitectura moderna española. Es entonces cuando nos planteamos cómo puede irrumpir algún elemento con el que se identifique su cultura, de forma sutil pero manifiesta: aparece entonces la idea de la gran piscina, el agua como elemento  identitario, que traspasa, rompe los volúmenes y prácticamente entra en la casa.

Y esa es la imagen definitiva de la vivienda: dos volúmenes en blanco y acristalados, separados por el agua. Los espacios a doble altura, el juego entre interior y exterior a través de patios y relaciones espaciales, y la matización mediante una reinterpretación de las celosías tradicionales, serán otros elementos que ayudan de forma definitiva a establecer ese compromiso, compromiso entre culturas.