casa vedat
Este es un hogar muy sencillo; tan sencillo como generoso. Un fiel reflejo de los clientes que lo habitan y que tanto lo merecen. Y es por eso que el proyecto parte de una simplicidad formal evidente, abriéndose en forma de “L” hacia las dos calles que delimitan la parcela y tratando de ocultar parte de las fenestraciones en un ejercicio como de cierto pudor y humildad.
Pero esa simplicidad se torna en nobleza al encontrarse con una sutil descomposición de esa forma de “L” gracias a la aparición de elementos volados que se presentan entre sí desplazados.
Pero si hay algo que destaca y que vertebra – con el significado completo de la palabra – toda la casa, es el núcleo de comunicación: desde el sótano hasta la segunda planta -denominada en la propia normativa del lugar como planta miramar por sus privilegiadas vistas- se establece un espacio conformado por un juego de escaleras y vacíos, que inevitablemente recuerdan a algunas láminas de Escher, y que constituye la esencia de la vivienda, puesto que en el tránsito por ellas se pueden vivir todos los ambientes, todas las opiniones, todos los gustos, reflejos y recuerdos de sus habitantes.
Pues como ellos nos enseñaron, lo importante es la comunicación y la generosidad.