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Rodeada de naturaleza, el diseño se plantea desde la voluntad de que la vivienda atrape el paisaje y que a su vez, este contenga a la propia vivienda. Así pues, se parte de la creación de un límite que enmarque el entorno. Límite que, debido a la topografía de la montaña donde se ubica y a la voluntad de crear mayor privacidad, se convierte en un elemento muy dinámico y continuo, que adopta distintas formas según se adapta a dichas circunstancias. Este marco surge de la piscina a modo de triángulo y llega hasta la cubierta, conteniéndola en todo su contorno mediante un sutil alabeo. Como continuación del trazo curvo, el marco desciende por el lado contrario al de la piscina y se genera pues, un sinuoso perfil que crea un leve límite entre vivienda y entorno.
Si el triángulo que nace de la piscina garantiza una necesaria privacidad con respecto a la parcela contigua, la curva que desciende y que finaliza el trazo en el lado opuesto, abre las vistas hacia el Mediterráneo.
La vivienda surge del paisaje. El perfil sinuoso potencia la idea de integración en el entorno y diferencia el elemento contenedor de la propia vivienda contenida. La curva va dando paso a la recta creando un rotundo juego de líneas y reflejos. Juego de líneas que se une al juego de contrastes creado por la selección de materiales. Hormigón blanco y acero corten. La pureza del blanco tan presente en la estética mediterránea convive con el color terroso del acero corten, enlazando así los conceptos de mar y montaña como parte de la idea integradora de vivienda-paisaje.
A la vivienda se accede a través de un módulo tratado de una manera singular en el que tanto los materiales como las formas ya dejan intuir la contundencia que vamos a ir descubriendo a medida que nos adentremos en ella. Desde ahí, un ascensor desciende hacia cualquiera de las plantas inferiores porque además del módulo de acceso, la vivienda funcionalmente se divide en dos plantas más.
Una primera planta con 3 habitaciones, donde se han seguido para las 3 los mismos parámetros pero utilizando diferentes colores: porcelánico de gran formato para el pavimento y panelados de madera y papel vinílico para paredes y armarios. Como en toda la vivienda, en los dormitorios también se ha recurrido a la utilización de iluminación lineal mediante tiras de leds. La iluminación, tratada de esta manera, crea trazos que ayudan a enmarcar los espacios y refuerza la idea de rotundidad. Las habitaciones están conectadas mediante una zona habilitada como estudio desde donde las vistas hacia el exterior la convierten en zona privilegiada de la casa.
Si seguimos descendiendo llegamos a la planta baja, donde se ubica la habitación principal, con acceso directo a la terraza y a la zona de la piscina. A nivel de materiales, este dormitorio está tratado como el resto de las habitaciones de la casa. También en esta planta encontramos el espacio de día formado por un gran salón a doble altura en el que se integra la cocina. Una parte importante de las paredes del salón se han recubierto de espejo. El efecto, además de duplicar el espacio, ya de por sí grande, es el de estar viviendo en una isla, rodeado de mar por todas partes.
El resultado es un espacio que se proyecta hacia el paisaje en el que, durante el día, los juegos que crea la luz solar contienen el interior a la vez que consiguen una fusión con el exterior. Por las noches, el uso lineal de la iluminación artificial refuerza esta noción demarco y potencia el juego de reflejos mencionado.